Ingredientes (para cuatro personas):
400 gr de lentejas.
200 gr de arroz.
1/2 o 1 cebolla.
1 tomate.
2 zanahorias.
1 chorizo (opcional).
3-4 dientes de ajo.
1 hoja de laurel.
1/2 vaso (de agua) de aceite de oliva.
Pimentón dulce (opacional).
Sal y pimienta.
Por José María Ruiz del Álamo
Bisoño el cielo se dibuja, mixtura de grises broncean las nubes para el iris de tu esbozo. Ojo con el día, pinta de lluvia, de arrebujarse en candela. Por eso le doy a la cancela llevándome a la cazuela un suculente plato de lentejas, por las proteínas sea, sea lentejas con arroz. Cuchara manda estos días, cocina sencilla, tierna cocina. Este invierno es mucho invierno.
Quehaceres muchos no son para llevar a cabo un plato algo menospreciado, alimento de guerra, legumbre vana. Para nada sucumbir en parajes tales, sino potenciar su raigambre en la cocina mediterránea, celestial cuadro de aromas al paladar.
Y en el hacer me pongo banda sonora, ya sea Bobby Mcferrin cantando a capela la música de Bach.
Y en el hacer no pongo las lentejas a remojo el día anterior, ni siquiera las enjuago bien, ya que vengo a ponerlas directamente en la cazuela con agua. El fuego propicia el hervor del líquido. Es el momento óptimo para escurrir esta conjunción. Las lentejas solitarias en la cazuela recibirán un chorro de agua de grifo que venga a cubrirlas: un par de dedos de altura sobre la altura de la legumbre es una buena medida, si las prefieres más caldosas puedes llegar a los tres dedos. Este proceso se lleva a fuego medio-alto.
Muy pueril se expone hasta el momento, lentejas y agua, así que cabe enriquecer este dúo con media cebolla bien picada, un tomate pelado, unas zanahorias en rodajas, un diente de ajo, una hoja de laurel, un chorizo en rodajas (si eres vegetariano no añadas este elemento cárnico), sal y pimienta (moderémonos en estas dos especias).
Una vez que este conglomerado empieza a hervir se añade poco más de medio vaso de aceite de oliva crudo. A partir de aquí se baja el fuego para que despacito-despacito arrulle su quehacer. Acunándose se lleva a cabo este plato.
Las lentejas se alambiquean. Nos falta formular el complemento, y al arroz nos damos en este instante. La mitad de arroz que lentejas hay que hacer, el doble y medio de agua que de arroz para cocer. Una vez absorbido el agua y escurrido bien se pone el arroz en una sartén para rehogarlo con un poco de aceite, un diente de ajo y sal. Remuévase, la cuchara de palo es imprescindible. Una vez retirado del fuego, si es de nuestro gusto, puede añadirse un poco de pimentón dulce.
Lentejas, listas. Arroz, listo. Retiremos la hoja de laurel. Retiremos los dientes de ajo. Unimos las lentejas con el arroz. Entremezclemos los elementos, entremezclemos los alimentos. Caliente se ha de tomar. La cuchara florece en proteínas. Rayos de sol alumbran nuestro estómago. Se despeja de brumas el día, la tarde reverbera. El ánimo se apodera de nosotros. El manjar está servido.
Cocina fácil, plato suculento. Que aproveche.
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